La sociedad digital ya es un hecho que se está haciendo presente en todos los ámbitos de nuestras vidas, incluido el sector dental. Las clínicas dentales deben utilizar los medios digitales para dar respuesta a las nuevas necesidades, aunque en muchos casos no se está dando este proceso. En este artículo analizamos la brecha digital en el contexto del sector dental.
¿El cambio que estamos viendo con la digitalización también impactará en el sector dental?
La influencia de la sociedad digital en el sector dental es un hecho representativo del mundo actual en el que, más específicamente, podría decirse que la digitalización se ha convertido en el actual desarrollo social moderno y económico.
La tecnología está transformando la vida, la forma en la que desarrollamos nuestra actividad laboral y la actitud frente al conocimiento que, por supuesto, también afecta al sector dental.
A tal fin, la nueva sociedad dental digitalizada se caracteriza por el desarrollo de tratamientos muy concretos y sus flujos de trabajo en la práctica diaria de la clínica: captura de datos (escáner intraorales, registro de movimientos mandibulares, CBTC, impresiones basadas en fotogrametría), planificación (prostodóntica / ortodóncica / implantes) y fabricación (fresados / impresoras de resina), originada por la industria y su esfuerzo en la innovación digital, que genera un impulso sin precedentes en el sector.
Por lo tanto, aunque no seamos conscientes, lo digital ya está muy introducido en algunas áreas del sector, otro debate sería entender o medir hasta donde están presentes los nuevos paradigmas digitales en las clínicas.
Analizando la brecha digital en el sector dental
En nuestro país, la digitalización analizada desde la perspectiva de la economía digital rompe con las estructuras convencionales del sector dental, visualizadas exclusivamente en las técnicas clínicas, marginando la visión empresarial de las clínicas. Esta situación ha provocado la denominada “brecha digital” entre las tecnologías aplicadas en tratamientos (cirugías guiadas, implantes, alineadores) y la carencia de innovación en la dirección/gestión de la clínica.
En el área de la dirección clínica, la evolución sólo se ha centrado en integrar un programa de gestión y en la utilización de tablas en Excel para controlar el día a día de la dirección clínica. Esta situación ha derivado en una gestión incapaz de responder a las necesidades digitales de la clínica y de su entorno, básicamente provocada por las siguientes barreras:
- Es un sector con resistencia al cambio: Las clínicas han venido funcionando con modelos de gestión tradicionales, lejos de una gestión mercantilista. No procede tener una misión de prestar un servicio a la sociedad y no establecer un modelo de negocio empresarial.
Las clínicas han pasado de ser un gabinete dental formado por un auxiliar y un odontólogo a convertirse en un modelo empresarial necesitado de fuertes inversiones en tecnologías punteras para mantener un servicio de calidad que retroalimenta los beneficios y la estructura, con el fin de continuar invirtiendo a la vez que mantenemos un servicio a la sociedad.
- Falta de visión estratégica por parte de odontólogos propietarios y directivos: Existe una falta de conocimiento por parte de los odontólogos propietarios y de los directivos de cómo aprovechar las posibilidades de la innovación digital y su adecuación a las nuevas técnicas de gestión y demandas del paciente conectado.
- Escasez de talento y habilidades digitales relacionadas con la dirección de la clínica: La cultura tecnológica de la población en general y de los profesionales del sector no es todavía la que corresponde a una sociedad digital, deriva en cierta medida de la ausencia de formación en materia de dirección digital fundamental para el desarrollo y evolución de la clínica. Universidades, Colegios e Instituciones privadas deben liderar una formación adaptada a las necesidades digitales actuales.
- Ausencia de iniciativas que difundan las aplicaciones y servicios asociados a la digitalización del sector: Muchas de las barreras asociadas a la digitalización de las clínicas -el desconocimiento de las posibilidades de innovación, las dificultades para decidir las mejoras tecnológicas que puedan aportar valor al modelo de negocio o las mejoras de servicios-, tienen su origen en la falta de información abierta y accesible sobre casos de éxito y experiencias previas.
La distribución de esta información, por ejemplo, a través de la creación de centros de referencias (plataformas digitales) podría contribuir a estimular a aquellas clínicas que no se han planteado la transformación digital.
En conclusión, aunque la sociedad dental se va adaptando poco a poco a la realidad digital, falta mucho camino por recorrer. Concretamente, se hace necesaria una innovación en el ámbito de dirección de clínica con el fin de disminuir la brecha que existe entre las tecnologías aplicadas al tratamiento y las utilizadas en la gestión de clínicas dentales.
Para alcanzar la transformación digital, todo el sector dental debe centrar sus esfuerzos en derribar las barreras que lo impiden. Esto requiere un trabajo de las propias clínicas, los odontólogos y las instituciones educativas.