Los selladores dentales son compuestos físico-químicos que aplicados sobre una superficie del diente (normalmente fisurada) previo tratamiento de la misma previene de la aparición de la caries dental por cuanto suponen una barrera física para el depósito de la placa bacteriana que origina la caries.
Se trata pues de un tratamiento preventivo frente a las caries que debe ser aplicado en la superficie oclusal del diente, superficie donde es más frecuente la caries dado que la limpieza de la misma es mucho más compleja al no existir autoclisis.
Su colocación es realmente sencilla pudiendo ser aplicado por Higienistas dentales con la debida titulación y entrenamiento específico tal y como recoge la Ley 10/86 de 17 de marzo de creación y estructuración de las profesiones sanitarias de Odontólogo, Protésico e Higienista dental.
Una revisión adecuada de la literatura recomienda la colocación de los sellados en molares permanentes, así como en molares primarios, aunque en este último caso la evidencia científica que lo soporta es más limitada y como apreciación clínica no habría que olvidar el alto porcentaje de caries interproximales que afectan a los molares primarios. Para algunos autores su aplicación resulta más efectiva justo después de la erupción o no más de 4 años después de la erupción, pero no existe en este punto una evidencia científica clara.
De la misma forma para su aplicación debe tenerse en cuenta el riesgo de caries del paciente, de manera que se protocolizará su colocación en base a una evaluación del riesgo de caries del niño. La evaluación del riesgo de caries debe realizarla el profesional con su experiencia clínica y mediante el uso de indicadores como son; morfología dentaria (forma y profundidad de la fisura), diagnóstico clínico, historia de caries, y hábitos de aplicación de flúor e higiene oral del paciente. En este sentido la aplicación del Protocolo CAMBRA (Caries Management By Risk Asessment) puede ser de gran ayuda.
Así, como norma podremos decir que el sellado de fisuras estaría indicado en aquellos pacientes de alto riesgo de caries y además realizándolo tan pronto sea posible siempre que hayamos visto que el molar no tiene caries. De esta forma, la colocación de sellados estaría contraindicada en aquellos casos con caries rampante o lesiones interproximales. Por otro lado, los pacientes de bajo riesgo no precisarían la aplicación de sellados.
La colocación de selladores siempre habrá de ir acompañada de un plan de prevención integral de la salud oral del niño. No hay que olvidar que en pacientes de alto riesgo se tendrían que revisar y reforzar los pilares básicos de la prevención; higiene oral eficaz, control de dieta y aplicación de flúor, pues sólo con la aplicación de sellados de fosas y fisuras no se controlaría el riesgo de caries del paciente y por tanto el fracaso del tratamiento será inevitable.
Para su colocación será necesario el aislamiento del campo operatorio incluso con aislamiento absoluto con dique de goma cuando sea necesario. De esa forma estaremos asegurándonos de su correcta adhesión lo cual redundará en una mayor longevidad del tratamiento.
Si la utilización de selladores dentales de resina es efectiva en primeros molares permanentes en niños y adolescentes y la reducción de la incidencia de caries que provocan es incuestionable con un nivel de evidencia Ia y un grado de recomendación A (lo cual quiere decir que existe al menos un metaanalisis clasificado como 1++ directamente aplicable en la población diana y un volumen de evidencia científica compuesto por estudios clasificados 1+ con gran consistencia)… ¿Por qué existe esta controversia entre los profesionales acerca de su utilización?
Se podría pensar en el riesgo de sellar una lesión inicial de caries que no se hubiera diagnosticado correctamente, con el consiguiente riesgo de crecimiento bacteriano por debajo del sellador. Para evitar este riesgo se aconseja un diagnóstico certero que no debe ser la simple sonda de caries sino incluso el uso de laser fluorescencia para detectar el grado de desarrollo y profundidad de la lesión.
Puede haber riesgo en la pérdida total o parcial del sellador y por tanto la aparición de lesiones en zonas que deberían estar tratadas. Desde nuestro punto de vista con un adecuado aislamiento no debe haber pérdida del sellador y si este se produjera debería ser detectado en las sucesivas e importantes revisiones periódicas.
Por último, hay controversia en cuanto al riesgo derivado de la composición química del sellador. Los selladores más utilizados tienen como base la resina BisGMA (los hay de ionómero de vidrio, pero no se suelen aconsejar por la alta solubilidad del material en contacto con la cavidad oral.) Sustancia que podría ser biológicamente activa y potencialmente tóxica.
La evidencia actual muestra que la exposición al bisfenol A procedente de los selladores de fisuras tiene muy poca relevancia en comparación con otras fuentes de exposición como puede ser la dieta y no existen datos en la actualidad sobre su toxicidad. Hay que indicar que las obturaciones con resinas compuestas también tienen Bisfenol GMA en su composición y del mismo modo, no se ha puesto en duda su toxicidad.
En última instancia expondremos las recomendaciones que la Sociedad Española de Odontopediatría dicta en referencia a los selladores de fosas y fisuras:
Recomendaciones
- La colocación de sellados de fosas y fisuras en molares permanentes en niños y adolescentes es un método efectivo para la reducción de la caries.
- Los sellados no deben colocarse en dientes parcialmente erupcionados o con lesiones de caries cavitadas o dentinarias.
- La indicación de su colocación debe basarse en el riesgo de caries del paciente.
- Los sellados aplicados en superficies con lesiones incipientes de caries y no cavitadas pueden inhibir la progresión de la lesión, pero precisa un cuidadoso diagnóstico.
- La técnica para la colocación del sellado incluye una limpieza de la superficie, un buen aislamiento y se recomienda el uso de agentes adhesivos para mejorar la retención
- Es fundamental una monitorización y un mantenimiento periódico para garantizar la efectividad del sellado.
- La aplicación de los sellados debe ser considerada como una medida complementaria dentro de la estrategia de prevención que incluirá otras actuaciones como la educación dental, el control de dieta, la aplicación de flúor, higiene oral y visitas periódicas semestrales con el odontopediatra.