La caries dental se define como un proceso localizado de origen multifactorial que se inicia después de la erupción dentaria, determinando el reblandecimiento del tejido duro del diente y que evoluciona hasta la formación de una cavidad. Esta cavidad, debe ser restaurada para que el diente pueda desempeñar todas sus funciones.
Para ello, el odontólogo cuenta con un amplio rango de materiales entre los que destacamos: los composites o resionas compuestas, ionómeros y coronas.
Actualmente, en la práctica clínica habitual existen dos grandes grupos de coronas en odontopediatría: las coronas metálicas y las estéticas. Las coronas presentan características como durabilidad y cobertura total del diente, otorgándole a éste una protección máxima. Las indicaciones más frecuentes para su colocación serían caries extensas que afecten a 2 o más superficies, defectos severos en la estructura del esmalte y después de un tratamiento pulpar, entre otros.
Las coronas preformadas de acero inoxidable son también conocidas como coronas de ión cromo, o coronas metálicas y han sido durante años la herramienta fundamental en la práctica diaria de los odontopediatras. Estas coronas son extremadamente duraderas, relativamente económicas, sujetas a una sensibilidad técnica mínima durante la colocación, y ofrecen la ventaja de una cobertura coronal completa.
Sin embargo, las demandas estéticas cada vez mayores por parte de los padres han hecho que la odontopediatría dé un salto y se renueve hacia unas coronas relativamente nuevas: las coronas de Zr. El Zirconio es un metal altamente resistente y con un aspecto bastante similar al diente, por lo que su apariencia solventa el problema estético de las coronas metálicas. Entre las más conocidas encontramos: – NuSmile Zr®, Kinder Krowns Zr® , EZ PedoTM , Cheng CrownsTM
Entre las principales ventajas podemos destacar: alta resistencia y dureza, puede soportar el desgaste, translucidez similar a los dientes naturales, buena estética, tamaño, forma y color modificables y biocompatibles.
Las desventajas que presentan estas coronas son, principalmente, el severo desgaste que producen sobre el diente antagonista por su efecto abrasivo, su elevado coste comparativamente con otras coronas y la necesidad de una preparación mayor del diente para su colocación. Esto presenta el gran inconveniente de que a la hora de hacer el tallado del diente, podemos tener un mayor riesgo de afectación pulpar, entre otros.
Existe una curva de aprendizaje para los odontólogos y odontopediatras que no están familiarizados con la colocación de coronas de zirconia pediátricas. Puede llevar más tiempo tallar el diente y colocar la corona, ya que el diente está preparado para ajustarse a las coronas, en lugar de ajustar coronas para que se adapten a un diente. Se recomienda empezar por casos unitarios hasta que se controle la técnica.
Además, la técnica de cementado de las coronas de zirconio es más sensible, ya que deben ser cementadas en ausencia de humedad y esto a veces resulta complicado de controlar por diferentes factores como el sangrado, la colaboración del paciente, colocación de dique de goma como aislamiento, etc.
Las coronas metálicas se cementan normalmente con un cemento con ionómero de vidrio, mientras que las de tipo zirconio son cementadas con un cemento a base de resina, tipo dual.
En los últimos años, ha aumentado la demanda y empleo de las coronas estéticas en Odontopediatría, lo que hace necesario formaciones específicas en la materia como cursos teórico prácticos para mejorar nuestra curva de aprendizaje.