Estudio descriptivo en odontopediatría de la patología de erupción en niños entre 6 y 13 años.

Dra. Sandra Gallardo Prado. Dra. Carolina Caleza Jiménez. Dra. María Biedma Perea. Dra. Asunción Mendoza Mendoza. Artículo para Maxillaris.

Cuando en odontopediatría hablamos de patología de la erupción, nos vamos a referir únicamente a aquellos problemas locales o sistémicos de diversa índole, que, repercutiendo sobre su fisiología, puedan alterar su correcta cronología o secuencia. Distinguimos en este momento entre erupción dental precoz y erupción dental tardía. Respecto a la erupción dental precoz, en el caso de la dentición secundaria, es rara la erupción adelantada de todos los dientes y, cuando existe, se habla de una probable influencia genética. No obstante, sí es más frecuente en odontopediatría la erupción prematura de dientes aislados. Esta puede ser debida a factores locales como la pérdida moderadamente prematura del diente temporal que lo precede y/o cuando esta pérdida dentaria va precedida de flemón y osteolisis en furca u otro tipo de pérdida de hueso alveolar.

En cuanto al retraso en la erupción, los trastornos endógenos pueden retrasar la erupción de las dos denticiones, aunque es mucho más frecuente que la segunda dentición se vea afectada por trastornos locales. Así pues, en odontopediatría se ha demostrado un retardo en el desarrollo físico y dental en niños con enfermedades crónicas o determinados síndromes. Entre ellos, destacaremos endocrinopatías como el hipopituitarismo, el hipotiroidismo, el hipoparatiroidismo o aberraciones cromosómicas como el síndrome de Down, síndromes que implican displasias esqueléticas con alteración en el metabolismo óseo, como la displasia cleidocraneal (DCC), síndrome tricodentoóseo (TDO), picnodisostosis, acondroplasia, síndrome de Gardner y síndrome de Hallweman-Streiff, y otros síndromes como la displasia ectodérmica o la amelogénesis imperfecta.

Sin embargo, como mencionamos anteriormente, a lo largo del recambio dentario son frecuentes distintos factores locales que conllevan a una erupción tardía de la dentición secundaria. Por esta razón, en odontopediatría es necesario realizar una correcta exploración clínica y radiológica para determinar la causa del retraso eruptivo y tratar, si lo hubiere, el obstáculo del proceso de erupción. Entre otros, destacamos: falta de espacio, erupción ectópica, traumatismos, anquilosis, dientes supernumerarios o tumores.

Falta de espacio a causa de alteraciones en el tamaño de los dientes permanentes o la disminución de la longitud de arcada.

Erupción ectópica de primeros molares. Diente ectópico es todo diente que se desarrolla fuera de su posición normal, siendo los que con mayor frecuencia sufren erupción ectópica, a excepción de los terceros molares, los caninos y los primeros molares permanentes.

Secuelas de traumatismos en dentición temporal. Los traumatismos en dentición primaria que con mayor frecuencia van a producir secuelas son las luxaciones intrusivas y las avulsiones.

Anquilosis alveolodentaria, la cual ocasiona una interrupción de la erupción y una infraposición del diente en cuestión.

Dientes supernumerarios, más frecuentes en el maxilar superior, en concreto, en la zona incisivo-canina.

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Patología tumoral, como los quistes u odontomas.

Material y método para este caso de odontopediatría.

Para la realización del presente estudio se ha realizado una revisión de la literatura científica publicada en el campo de la odontopediatría junto con el visionado de 200 radiografías panorámicas digitales. La búsqueda y selección de información científica se realizó en las siguientes bases de datos: Pubmed, Scopus, Biblioteca Cochrane, Web of Science y Google académico. En inglés, se han empleado los descriptores MesH (Medical Subjects Headings): pathology, tooth eruption, epidemiology, child.

Para seleccionar la muestra de nuestro estudio, los criterios de inclusión elegidos fueron niños que acudieron a la Facultad de Odontología de la Universidad de Sevilla con edades comprendidas entre 6 y 13 años, durante los cursos académicos 2019/2020, 2020/2021 y 2022/2023 y que tuvieran radiografías de buena calidad diagnóstica. Asimismo, fueron excluidos aquellos pacientes que presentaran síndromes congénitos, malformaciones craneofaciales y/o aparatología ortodóncica (mantenedor o recuperador de espacio).

Tras aplicar los criterios de inclusión y exclusión, se obtuvo una muestra aleatoria de 200 sujetos. Las ortopantomografías se adquirieron con el mismo equipo radiográfico (unidad de Rayos X ProMax; Planmeca Oy, Asentajankatu 6, FIN-00880, Helsinki, Finlandia). Las radiografías se analizaron de manera digital en el departamento de Odontopediatría, usando para ello el monitor del ordenador con una iluminación ambiental adecuada. Los análisis estadísticos descriptivos y comparativos fueron realizados con el software IBM SPSS 25 (Statitical Package for Social Sciences, SPPS Inc., Chicago, EE. UU). Se obtuvieron estadísticas descriptivas y tablas, cruzadas y de frecuencia, para la descripción de los resultados, empleando las pruebas chi-cuadrado y V de Cramer para conseguir asociaciones significativas entre los datos. 

Alteración en posición de incisivo central superior izquierdo, en este caso secuela de un trauma que causó intrusión de incisivo central izquierdo deciduo.

Alteración en la cronología de erupción de incisivo central superior izquierdo a causa de un diente supernumerario entre 21 y 22.

Resultados para este caso de odontopediatría.

La edad media de la población estudiada fue 9 años y 11 meses (de los cuales, 103 eran varones y 97 mujeres). Respecto al tipo de dentición, el ancho de la muestra se trataba de pacientes en dentición mixta 2ª fase (49,5%) y dentición mixta 1ª fase (40,5%), respectivamente. En una primera parte, hemos tratado de sintetizar la patología predominante según el grupo dentario, sabiendo que, de la muestra estudiada, un 39,5% de los sujetos presentaba adelanto o retraso eruptivo. 

Grupo dentario incisivo.

En este grupo dentario, la alteración en la cronología de erupción más frecuente fue el retraso eruptivo, presentándose en un 6,5% de los sujetos en el grupo incisivo superior y un 3% en el grupo incisivo inferior. 

La causa más frecuentes de retraso de incisivos superiores fue la falta de espacio, seguida de las secuelas postraumáticas y presencia de supernumerario, generando un obstáculo y bloqueo en la erupción. En el caso del incisivo lateral, la segunda causa de retraso fue la agenesia. Del mismo modo, en los incisivos inferiores, la causa más frecuente de retraso eruptivo fue la falta de espacio.


Posición ectópica de caninos superiores, ocasionando retraso en la erupción.

Grupo dentario canino.

En el caso del grupo dentario canino, se cumple la misma tendencia que en el apartado anterior, presentándose un retraso eruptivo del canino superior en el 12,5% de los sujetos y 3,5%, en el caso del canino inferior. La causa principal de retraso en la erupción del canino superior fue la posición ectópica del canino, encontrándose, incluso a veces, en una posición horizontal en el maxilar, no produciéndose la exfoliación natural del canino temporal y requiriendo a veces de la solución quirúrgica.

Además, se han documentado retrasos en la erupción por falta de espacio y como secuela de un trauma anterior, el cual ha ocasionado una posición ectópica del canino. En el caso del canino inferior, la principal causa de retraso eruptivo fue la falta de espacio. Al erupcionar el incisivo lateral en una hemiarcada con discrepancia óseo-dentaria negativa, puede reabsorber prematuramente la raíz del canino, produciendo su perdida prematura, pudiendo llegar a observar la apertura en abanico del grupo incisivo hasta contactar incluso con la cara mesial del primer molar temporal, linguoversión de los incisivos y aumento de la sobremordida en el caso de que dicha pérdida sea bilateral, o bien desviándose la línea media, en caso de pérdida unilateral.

Posición ectópica de caninos superiores, ocasionando retraso en la erupción.

Adelanto eruptivo de primeros premolares inferiores por pérdida prematura de primeros molares temporales.

Grupo dentario premolar.

El grupo dentario premolar constituye el grupo con mayor alteración en la cronología de la erupción, en un 32% de los sujetos estudiados. En el caso del primer premolar, predominan los casos de adelanto eruptivo, como consecuencia de la pérdida prematura del primer molar temporal y/o la presencia de flemón o fístula ocasionando una “vía” para la erupción del permanente, con una frecuencia del 9,5% en el caso del premolar superior y 6,5%, en el caso del premolar inferior. No obstante, la principal causa de retraso eruptivo en este grupo dentario corresponde a casos de pérdida muy prematura del primer  molar temporal, ocasionando falta de espacio y pérdida de longitud de arcada. En segundo lugar, destacamos retraso eruptivo del primer premolar debido a anquilosis del primer molar temporal.

Aunque las causas de adelanto eruptivo en el caso del segundo premolar son similares a las del primer premolar (es decir, pérdida prematura de segundo molar temporal con presencia de flemón o fistula y, por tanto, pérdida de hueso en furca). En el caso del segundo premolar, predomina el retraso eruptivo como consecuencia de la pérdida muy prematura del segundo molar temporal, con la consiguiente falta de espacio para la erupción del premolar por mesialización del primer molar permanente y anquilosis del segundo molar temporal. La tercera causa de retraso encontrada en este sector fue la agenesia del segundo premolar permanente.

Grupo dentario molar.

En el caso del primer molar, la patología más frecuente fue el retraso eruptivo como consecuencia de erupción ectópica del mismo, generando a veces reabsorciones atípicas del segundo molar temporal. Siendo esto mucho más frecuente en la arcada superior. Por su parte, en el caso del segundo molar, aunque encontramos un adelanto eruptivo en el 3% de los pacientes sin causa aparente, destacamos como principal causa de retraso en la erupción la impactación del tercer molar permanente , ocasionando un bloqueo en la erupción o la propia impactación del segundo molar como consecuencia de falta de espacio en los segmentos posteriores. Por otro lado, hemos estudiado la relación entre edad, sexo y tipo de dentición con la distinta patología estudiada. No se encontró asociación significativa entre las variables grupo de edad y alteración en la cronología de erupción (p=0,143). Destacamos el grupo con mayor alteración en la cronología de erupción el grupo 2 (edad comprendida entre 6 años y 7 meses y 9 años y 6 meses), con un porcentaje del 45,3% frente al grupo 3 (edad comprendida entre 9 años y 7 meses y 13 años) con un porcentaje del 43,1%, mientras que el grupo 1 (edad comprendida entre 5 y 6 años y 6 meses) presentaba un 11,1%.

Respecto al sexo, no se ha encontrado asociación significativa entre las variables sexo y patología de erupción (p=0,524). No obstante, cabe destacar que en el sexo masculino encontramos que los sujetos con patología de erupción superaron a los sujetos sin patología, mientras que en el sexo femenino ocurría lo contrario, había, aunque mínimamente, mayor número de sujetos sin patología. 

Respecto al tipo de dentición, se encontró asociación estadísticamente significativa entre el tipo de dentición y la alteración en la cronología de erupción (p<0,05), con una fuerza de asociación baja según V de Cramer (p=0,253).

Pérdida de espacio para la erupción de 2º premolares por erupción ectópica de 16 y 26, lo que ha causado pérdida prematura de 55 y 65. Ectopia de primeros molares superiores.

Retraso en la erupción de 16, 36 y 46 por posición ectópica.

Discusión para este caso de odontopediatría.

En la práctica diaria, uno de los problemas a los que debe responder el odontopediatra es al adelanto o retraso de las erupciones dentarias. Por tanto, se hace necesario tener conocimientos sobre su fisiología, patología, prevalencia y etiología para saber en qué momento dejan de ser variaciones dentro de la normalidad y hay que comenzar un tratamiento óptimo. Además, hemos analizado anomalías dentarias de número, forma,estructura y posición, pues guardarán relación con la alteración en la cronología de erupción. La prevalencia de la alteración en la cronología de erupción difiere de unos trabajos a otros, y no se ha encontrado un “estándar” claro que acote su predominio. Así, Espinal, G et al.9 analizaron radiografías panorámicas y obtuvieron una proporción de 38,68% de sujetos que presentaban alteraciones en el número,  un 52,89% alteraciones en la forma y un 71,8% de pacientes con patología de posición (0,8% eran ectopias y el restante 71% heterotopias). Por su parte, Goncalves, A et al.10 extrajeron los siguientes resultados: 6,95% de pacientes con alteraciones en el número, un 8,71% presentaban patología de forma, 1,17% patología de estructura y un 21,91% alteración en la posición. Iriquin, S.M et al.11 concluyeron que un 16% de los pacientes estudiados presentaban alteraciones en el número, un 1,33% alteraciones en la forma, un 6,66% alteraciones en la estructura, un 8% alteraciones en la posición y un 4% patología de la erupción (perteneciendo el total de la alteración a erupción adelantada). En nuestro estudio, los resultados hallados fueron que un 13,5% de los sujetos presentaban patología de número, un 11,5% alteraciones en la forma, un 0,5% alteraciones en la estructura, un 54% alteraciones en la posición y un 39,5% alteraciones en la cronología de erupción.

Especial mención merece la patología de número, la cual ha sido objeto de estudio de muchos investigadores, entre ellos los dedicados a la odontopediatría. En la literatura, encontramos diferentes estudios en los que su frecuencia varía según el continente: 13,4% en África, 4,4% en América y porcentajes variables dentro de Europa (0,9% en España o 6,2% en Turquía) y Asia (6,1% en Arabia Saudí).

Por su parte, los supernumerarios, según la literatura científica, se podrían encontrar en una frecuencia entre el 0,1% – 5%12. Existe también una división entre los autores que consideran la existencia de una asociación significativa entre el sexo y la patología de número (Bäckman y Wahlin, 2001; Brook, 1986), y los que no lo encuentran (Grahneén, 1956; Haavikko, 1971; Lai y Seos, 1989, Thongudomporn y Freer, 1998; Fekonja, 2005; Endo et al., 2006)13. Gutiérrez, N et al.12 encuentran una frecuencia de agenesias del 3,8% y una frecuencia de 4,5% de supernumerarios. Ribeiro, R et al.13 hallaron una frecuencia de 6,3% de agenesia dental. Drenski, N et al.14, por su parte, hallaron una prevalencia del 7,5% de agenesias y 1% de supernumerarios. Hernández, A8 halló una frecuencia de agenesias dentales de 7,5%, siendo mayor en el sexo femenino que el masculino, aunque sin resultados de asociación estadísticamente significativa según la prueba de Fisher. Los resultados en el caso de supernumerarios fueron del 3,2% de prevalencia, por contraparte, mayor en este caso mayor en el sexo masculino y encontrándose una asociación estadísticamente significativa entre ambas variables. En nuestro trabajo hallamos un 10% de agenesias, en contraste con los datos recogidos de nuestro país y una frecuencia de 3,5% de supernumerarios, este último sí dentro del rango recogido en la literatura científica. Del mismo modo, no se halló asociación estadísticamente significativa entre el sexo y la patología de número. En nuestro trabajo, la patología dentaria que más frecuentemente se ha manifestado en la población estudiada ha sido la patología de posición, en un 54% de los sujetos, y respecto al grupo dentario, de mayor a menor, grupo dentario canino (27,5% de frecuencia de patología de posición, 25% correspondiente a ectopias y 2% a heterotopias) seguido de premolar (19,5%, 18,5% correspondiente a ectopias y 1% a heterotopias) y primer molar (18,5% de patología de posición, todo ello correspondiente a ectopias), considerando clave enumerar, por tanto, una serie de autores. Marbán, M15, en su tesis, concluyó que la ectopia de los caninos permanentes aparecería en un 9% de los sujetos, mientras que las heterotopias englobaban un 2,5% de prevalencia.

Ribeiro, R et al.13 concluyeron una frecuencia del 25,8% de caninos permanentes, dato similar al obtenido en nuestro trabajo. Por su parte, Aguirre, J.A16 encontró una frecuencia de erupción ectópica del primer molar permanente del 4%, no hallando una relación estadísticamente significativa entre el sexo y la patología de posición del primer molar, con lo cual, dicha anomalía afecta de igual modo a niños y a niñas, coincidiendo en este último dato con nuestro reciente estudio. Junior, R17 obtuvo un 50% de frecuencia de erupción ectópica en el primer molar.

En este momento, nos centramos en la cronología de erupción, Jonhsen. D18 obtuvo una frecuencia de retraso en la erupción de la dentición permanente del 4,3%, frente al 38,5% de nuestro estudio, no encontrando al igual que nosotros asociación significativa respecto al sexo. Respecto a la edad, coincidimos con este autor en que el grupo de edad más afectado es entre el final de la dentición mixta primera fase y dentición permanente joven. Entre 11 a 14 años para Jonhsen. D18 y entre 10 y 13 años en nuestro estudio.

Sin embargo, Arévalo, S. J19 encontró una mayor prevalencia de retraso en la erupción (56,5%) que la encontrada por nosotros, coincidiendo sin embargo en que la mayor frecuencia se sitúa entre los 9 a 12 años de edad. Ramos, C. Y20 estudió a una población de sujetos entre 7 y 14 años de edad y concluyó que la prevalencia de patología de erupción era del 33,7%; en las niñas la frecuencia era algo mayor, del 35,1% frente al 31,9% de los niños. McCloe et al.21 tras evaluar en su estudio 332 radiografías panorámicas concluyeron que no existía desigualdad en la edad de erupción de niños y niñas, pero sí existe cierta disparidad en la edad eruptiva dentro del propio sexo femenino (diferencia de 3 meses) y del masculino (diferencia de casi 5 meses). Díaz, G. D y León, R. A22 encontraron en su estudio una prevalencia de patología de erupción del 21,6%; en el sexo masculino era mayor, del 62,5% frente al 37,5% del sexo femenino. Así, el sexo en relación a la patología de erupción ha sido uno de los factores más estudiados por los autores como influyentes; existiendo dos tendencias principales, los autores que no encuentran distinción significativa con respecto al género y la patología de erupción, entre otros, McGregor et al., Friedlander y Bailit, Roche et al., Lysell et al., y Lumbau et al.; y aquellos que consideran esta relación como estadísticamente significativa, entre otros, Gupta, Magnusson, Badhdady y Ghose, Hitchcock et al., Al-Jasser y Bello, Maldonado y Oziegbe.

Conclusiones para este caso de odontopediatría.

Del total de sujetos estudiados, un 39,5% presentaba alteración en la cronología de erupción, ya sea adelanto o retraso eruptivo, reflejando la importancia que supone un correcto diagnóstico. Al estudiar la prevalencia por grupos dentarios, hemos encontrado mayor frecuencia de erupción retrasada, por orden de frecuencia, en los grupos canino (16%), incisivo (9,5%), segundo premolar (9,5%), primer molar (1%); mientras que los grupos primer premolar y segundo molar presentaban mayor tendencia a una erupción adelantada, en un 16% y 3% de los sujetos, respectivamente. A su vez, no se ha asociado el sexo a la alteración en la cronología de erupción, por tanto, dicha patología afectaría de igual modo a niños que a niñas.